La quejumbrosa vida de John Stemberg
en Del soneto al cómic
El Puerto de Santa María, El Ermitaño, 1997
81 pp. 21x15 cm
Colección El Ermitaño, núm. 5
Agotado

.

.

acicálate pues con tu perfume último y ven a ver el libro que se abre en las esquinas. ven a deletrear. con la t se desnudan cien millones de tiendas. te ofrecen sus espacios como si fueran senos. masas de necesidad latentes. pequeñísimos sexos repletos de objeciones. con la c se abre en dos el ciervo que es carnal. flor de carnicerías. el pollo y el conejo. los huevos que sirvieron para ampliar el mundo. toda la cal sureña huyó de nueva york. lloran los edificios. se evapora su pena. el cristal que ahora es nube se opaca tras la noche. john qué john. stemberg. stemburg. slander. sparing. spark. spittle.

john................................................................................................................................spleeny.
.
.
.
.
Hubiera sido Wagner


...........................................A mi padre muerto


...........................................como si hubiese dicho sólo:
...........................................Lázaro, sal fuera,
...........................................y nos volvimos luego, ya caída la tarde...
.......................................................José Ángel Valente

Hubiera sido Wagner
cerrara bien los ojos
parecieran las manos
cristal almidonado u oro puro.
Su cuerpo se extendiera desde el marfil al frío
lentamente.
Estallara su boca como una rosa a fuego
lentamente.
Su voz como otra voz en el silencio fúnebre.
Hubiera sido Wagner.
Hubiera sido él
de no ser porque nada llegara a despertarle.
Hubiera sido así
pero asimismo no era sino una ausencia exacta.
Hubiérase parado mirándome y un beso
perfilara en mi sien aún lentamente.
Extendióse una caja
y no logró escapar de aquellas lindes.
Su párpado era voz,
el frío de su piel llameaba la vida.
Era su cara un día de otoños imprevistos.
Yo le llamaba aún:
Padre eh padre Juan
invencible despierta.
Me alargaran la mano
detrás de alguna infancia de cristales punzantes.
Recordé viejas horas,
calendarios de miedo
anidaban sus ojos tal vez más polvorientos.
Me alargaran la mano y esa ausencia
se aferrara a mi sangre.
Padre eh padre Juan
entrañable despierta.

La caja fríamente le cerrara las puertas.

____________________________________________________________